martes, 20 de octubre de 2009

EL TERREMOTO DE LISBOA DE 1755 Y SUS EFECTOS

 Grabado terremoto
Grabado de 1755 mostrando la ciudad en llamas y el maremoto echando a pique los barcos del puerto.

El terremoto de Lisboa fue uno de seísmos más importantes que han ocurrido en Europa. Causo la muerte aproximadamente a unas cien mil personas. Tuvo lugar el 1º de noviembre de 1755, lo siguió un enorme maremoto y un gran incendio, y causó la destrucción de la totalidad de la capital portuguesa. Trasladado a nuestro tiempo tendría un 9 en la escala de Richter, prácticamente la destrucción total, y su epicentro fue a unos 200 kilómetros del cabo de San Vicente en el Océano Atlántico.
Cuentan las crónicas de la época que, duró entre seis y nueve minutos, causó grietas en la ciudad de más de cinco metros de anchura. Desde los muelles pudieron ver como se retiraba el mar dejando a la vista el fondo del estuario, y casi una hora después tres maremotos con olas de entre seis y veinte metros engulleron el puerto y la zona centro de Lisboa subiendo Tajo arriba las olas. En los sitios que no hubo maremoto los incendios asolaron, durando estos hasta cinco días.
En aquella fecha Lisboa tenía unos 275.000 habitantes, de ellas murieron unas 90.000 y otras diez mil o más lo hicieron en sitios tan distantes como Marruecos y Ayamonte (Huelva). Se registraron daños de consideración en toda España, y sobre todo en Andalucía. En Córdoba se dañó la Catedral, en el coro se produjo una grieta en su muro norte de arriba abajo, el Arco de Bendiciones o la Puerta de las Palmas, del Patio de los Naranjos que está formada por dos arcos de medio punto paralelos, el movimiento desplazó uno de estos arcos que aún continua así. La grieta mencionada anteriormente del coro posiblemente con la reforma interior haya sido reparada.
El noventa por ciento de los edificios lisboetas fueron destruidos, incluyendo palacios y edificios oficiales, así como los templos. Lo que no destruyó el seísmo después acabó con ello el fuego. El Palacio Real cerca del Tajo fue atacado por el terremoto y luego el maremoto, los 80.000 volúmenes de su biblioteca y muchas obras de arte quedaron destruidos totalmente.
Los datos de expediciones portuguesas importantes, como por ejemplo de Vasco de Gama y otros navegantes desaparecieron totalmente. Un Hospital fue destruido por el fuego con todos los pacientes dentro. El Convento de Carmo fue dejado en ruinas hasta nuestros días como recuerdo de la tragedia.
 Convento Carmo
Ruinas del Convento do Carmo en Lisboa.
Muchos animales, con su instinto especial para detectar lo que iba a pasar, huyeron a lugares más altos de la ciudad. En el Algarve también la destrucción fue enorme. Los efectos del terremoto se dejaron sentir en toda Europa e incluso en los confines de ella, en Finlandia, así como en norte de África. El oleaje se dejó sentir al otro lado del Atlántico, en Martinica y Barbados con olas de gran tamaño. Las costas inglesas también sufrieron un maremoto, de menor intensidad midiéndose olas de tres metros
En nuestro país se contaron unos 5.000 muertos. En Sevilla afectó a la Giralda y a la Torre del Oro. De la Catedral de Salamanca incluso se pensó en su derribo, aún esta inclinada la cúpula de la Clerecía. Para proteger la torre de la catedral se levantó un muro que aún subsiste, y el cimborrio se desmontó. En Valladolid la torre de la catedral sufrió daños cuantiosos y posteriormente, en 1841, se derrumbó a causa los mismos. Las torres de la Catedral de Jaén se agrietaron, lo que obligó a construir el Sagrario para darle consistencia. El Castillo de Alcaudete se abandonó a causa de los daños. La Catedral de Baeza no pudo resistir y se desplomó así como la cúpula de la Iglesia de San Andrés. 1000 personas murieron en Ayamonte. En Lepe 400, y el 90 % de la flota pesquera fue destruida. Las murallas del puerto de Cádiz fueron destruidas, la ola del maremoto alcanzó unos quince metros de altura. Como consecuencia del seísmo surgió una isla en la costa de Huelva que hoy es Isla Cristina.
La familia real portuguesa se salvo de casualidad pues estaba fuera de la ciudad. El monarca José I nunca olvidó el susto y evitó vivir en un palacio, por lo que hubieron de instalar un complejo de tiendas debido a su claustrofobia, que no le abandonó hasta su muerte. El actual Palacio de Ajuda se construyó después de su muerte donde estaban instaladas las tiendas.
El primer Ministro Marqués de Pombal sobrevivió también y cuando le preguntaron qué hacer, dijo: Cuidar de los vivos y enterrar a los muertos. Inmediatamente comenzó la reconstrucción y en menos de un año ya se veían resultados. Muchos cadáveres fueron echados al mar para evitar problemas de epidemias, en la desembocadura del Tajo. Saqueadores fueron ejecutados en evitación de que los desordenes se ampliaran.
Contrató el Marqués de Pombal a ingenieros y arquitectos extranjeros y los nuevos edificios estuvieron diseñados para tratar de minimizar otro posible terremoto. Se construyeron diseños para hacer pruebas. El urbanismo de la ciudad fue ordenado, calles rectilíneas anchas y grandes manzanas, le preguntaron el porqué de su anchura y el Marqués dijo: Ya se quedarán pequeñas. En menos de un año ya se observaban las nuevas edificaciones.
El marqués de Pombal ordenó hacer detalladas encuestas sobre determinadas características del terremoto. Las parroquias del país rellenaron con los datos que se le pedían, duración, efectos, comportamiento animal, pozos y albercas, todos lo que pudiera significar algo. Con el estudio detallado de esos datos se pudo reconstruir el suceso, ese hecho considera al Marqués de Pombal el precursor de la sismología de nuestros días. Este suceso no se libró de la disquisición posterior de los filósofos que teológicamente los desplazó, un país católico evangelizador que había sufrido la “ira de Dios” ¿Por qué?. Tuvo una gran incidencia en la cultura y filosofía. Kant recogió cuanta información pudo y formuló una teoría sobre causas de terremotos, que aunque errónea fue la primera tentativa para explicar los seísmos como una causa natural antes que sobrenatural.
 Lisboa 1
 Lisboa 2
 Lisboa 3
 Lisboa 4
Relación de daños en la ciudad de Córdoba y provincia

La citada relación sobre los daños, recogen todos cuantos acontecieron en nuestra ciudad por culpa del seísmo en ese primero de noviembre de 1755. También los daños en la provincia y la importancia que no hubiese desgracias personales si la comparamos con Lepe y otras poblaciones de suroeste de Andalucía. Claro está, desde una perspectiva religiosa católica y utilizando lo que pudiese ser utilizado en pro de ese credo.

Siempre que en la infancia entrabamos con nuestros juegos en la Mezquita, era comidilla las enormes grietas de la pared de la Catedral y el desplazamiento del arco de la Puerta de las Palmas o llamado Arco de Bendiciones, pero en ese tiempo no podíamos, por lo menos yo, comprender la magnitud de lo sucedido. Hoy sin haber profundizado en el tema tenemos una visión apocalíptica de lo que pudo ser en ese tiempo esa catástrofe.

Texto firmado por D. Gabriel Vicente Jurado, Secretario, sobre el terremoto de 1775 y publicado por D. Teodomiro Ramírez de Arellano en su libro Paseos por Córdoba.
“Terremoto de 1755,

:Misericordia Dei quia non consumte sumus

Sábado primero de Noviembre de mil setecientos cincuenta y cinco en que la Universal Iglesia celebra la festividad de todos los Santos, habiendo amanecido muy claro, y muy templado, á las diez de la mañana, minuto mas ó menos, repentinamente sentimos todos cuantos vivíamos en esta Ciudad de Córdoba un ruido tan grande, que llamo la atención de todos, aunque se persuadían á ocasionarlo los coches; pero instantaneamente se comenzo á estremecer la tierra, y todos los edificios con tanta violencia y vaybenes que no hubo persona que no se persuadiera que todos quedaríamos sepultados entre las ruinas de las propias habitaciones, durando todo este primer estremecimiento medio cuarto de hora, en cuyo tiempo se vieron flaquear todos los mas fuertes y eminentes edificios, unos abriéndose por sus techumbres, otros bamboleándose de uno á otro lado, como si fueran debiles cañaverales agitados de oleadas del viento; y habiendose suspendido como otro medio cuarto de hora, repitio el mismo ruido y temblor con poca menos violencia que el primero, pero con solo un minuto de duracion: esta repeticion acobardo hasta los mas varoniles animos, saliendose los mas de los que estaban en los templos (á cuya hora los mas estaban en los Divinos oficios) huyendo al despoblado, para escapar con vida, siendo tanta la confusión de todos, los clamores y quejidos que obrando sin libertad y sin consejo unos huian del riesgo, y otros se metían en mayor, sin saber cuales acertaban. No es ponderable ni decible cuanta era la turbacion de todos; porque ni el que pedia confesion acertaba á hacerla, nilos sacerdotes á absolver, consentidos todos en ser este dia el de su juicio particular.


Cesó finalmente este dia, cuyos efectos referiré, dando principio por la Catedral en la que se acababa el sermon al mismo tiempo que comenzó el ruido. Era de misa D. Pedro de Cabrera, Canónigo (Dean que fue tambien, y lo renunció libremente sin reservarse pension en D. Francisco Javier Fernandez de Córdoba) quien luego que sintió y conoció el fuerte terremoto, y que todos desamparaban el coro, abrió el Sagrario, y sacando el copon, donde estaba el SSmo. tomándolo entre sus manos se mantubo inmoble, y los Diáconos de rodillas, hasta que ceso, para proseguir su misa, que concluida, fue con todo el Cabildo en rogativa á la capilla del Sagrario, y lo continuaron por nueve dias; estaba entonces el coro en la capilla y nave de Ntra. Sra. de Villaviciosa (por estar poniendo la nueva sillería en el coro mayor) y se observo que con averse estremecido muchas veces todas las naves y capillas, desprendiendose varios desconchados en toda la dicha capilla y coro, no cayo ni una la mas minima. La Torre mayor de las campanas (que es la mas hermosa de la cristiandad) se maltrato muy mucho cayendose sobre la sala de la Audiencia Eclesiastica un barandal de piedra del segundo cuerpo, quedando este y el tercero condenados enteramente y sin que puedan tocarse las campanas. El resto de la Iglesia padecio tambien, aunque no tanto.

En el Palacio Episcopal quedaron inhabitables los cuartos del Provisor y del Fiscal, y la escalera ordinaria condenada. La mitad de la bobeda de la capilla mayor del convento de San Francisco se cayo, y derribo el tercer cuerpo del retablo. La torre de la parroquia de San Lorenzo quedo condenada á derribarla. La de Santa Marina muy mal tratada. En la Iglesia y bobeda de la Compañía se avrio por varias partes, y cayo una ó dos piedras por el altar de San Javier. En la puerta de Placencia se cayo un pedazo de muralla. Estos fueron los daños mas considerables, y conocidos. Otros muchos mas se esperimentaron en casas particulares, dejandolas inhabitables, por todo el casco de la Ciudad cayendose algunas paredes, y tejados, pero con tanta felicidad, que ninguna persona perecio, ni recibio daño en todo este vecindario, sino solo una muchacha, que estando en la Iglesia del Convento de Sta. Inés, y viendo que la Santa que estaba en el Altar mayor se bamboleaba, juzgando con sencillez, que la llamaba, se cerco al altar, al tiempo que la imagen se cayó, y dandole en parte de la cabeza, la hirio, pero muy presto ha sanado. Los efectos en las almas han sido grandes, porque se han hecho muchas confesiones generales, y concordados muchos animos enemistados. El Cabildo de la Catedral celebro el dia siguiente Domingo, una fiesta solemne en acción de gracias á Nuestra Señora de Villaviciosa, concurriendo la Ciudad.

Despues de esto el dia siete de dicho mes acordo el dicho Cabildo ir en procesion el dia diez, con asistencia del Clero y Ciudad si gustaba, á la Hermita del glorioso Arcángel Sor. San Rafael Custodio de esta Ciudad, (y lo mismo todos los años en el dia siete de Mayo, haciendo voto de ello) llevando á Ntra Sra. de Villaviciosa (los mismos Prebendados) y á San Sebastian (los colegiales de San Pelagio) cantandole alli una Misa solemne con sermon, que predicará el Ldo. D. Antonio Caballero, Canónigo Lectoral; y musica, en acción de gracias, (lo que se practico el dia 15 por haber llovido mucho el 9, y aun el 10; saliendo por la puerta de Sta. Catalina á la calle del Baño, por las muchas obras que habia en Pescadería, calle de la Feria, la del Potro y Compañía, Arco real, Zapatería y Calle de San Pablo hasta Santa Maria de Gracia, y a dicha hermita, volviendo por la misma estacion, que se concluyo á la una menos cuarto, habiendo comenzado la Campana a las 6 1/2). También acordo el Cabildo, que el dia 11 se cantara en la Catedral una fiesta solemne á S. Dionisio Areopajita, y el dia 14 otra á S. Felipe Neri, abogado de los Terremotos, lo que se hizo con asistencia de la Ciudad, y el Gobernador y Provisor mando por un edicto que en los dichos dias 10 y 11 y 14 se manifestara al SSmo. en todas las Parroquias, y de consejo se aunaran los mismos días, y que se predicara, y exortara al pueblo á implorar la misericordia de Dios. Posteriormente determinaron que el dia 24 de dicho mes octavo de los Stos. Patronos, iria el Cabildo al Convento de los Santos Martires (por no haberse podido el dia propio, á causa de llover mucho) y que concluida alli su fiesta, se volverían yendo á la Parroquia de S. Pedro, y tomando la Arca de las Reliquias de los Stos. Martires, y la Imagen del Arcangel San Rafael, se llevarían á la Catedral donde el dia 25 se les hiciera una fiesta Solemne, predicando el Ldo. D. Antonio Caballero (como en la hermita de S. Rafael) y el siguiente que se celebra la invencion de dichas Sagradas Reliquias, y ha de ir el Cabildo á dicha Parroquia en procesión á cumplir su fiesta anual, se volverían en dicha procesion las mismas Reliquias, dando aviso de todo á la Ciudad, y teniendo en dicho dia en la referida Parroquia mientras la fiesta, el SSmo. Sacramento, todo lo cual se egecuto así, asistiendo Clero, Ciudad, y pueblo con gran devocion, y los demas dias del anual octavario se celebraron con mucho concurso, y edificación de todos.

Repitio el temblor muchas veces, aunque con tan leve estrepito, que la mayor parte de las personas no los sintieron, y los que mas se han advertido hasta hoy, que escribo esto, demas de los del primer dia de Noviembre fueron el dia 8 á las 9 1/2 de la mañana; dia 16 á las 8 1/2 de la mañana por dos veces inmediata la una á la otra, este mismo dia á la media noche; y dia 17 de este mes Noviembre á las 4 3/4 de la mañana, durando el que mas de estos, menos un minuto.

El estrago mayor y mas cierto que hasta ahora se ha sabido, fue en la ciudad de Lisboa, la que quedo arruinada mas de tres cuartas partes, pereciendo mas de cincuenta mil personas entre sus ruinas, y el vorac fuego que se prendio en ellas, demas de lo que consumio el mar con sus estrañas furias, y salidas, las que igualmente se esperimentaron en todas las costas del Occeano con correspondientes destrucciones de pueblos y muertes de personas. En Cadiz también hubo muchas desgracias, mas por las salidas del mar que por el terremoto; y á corta diferencia en todos los lugares de la costa, saliendo el mar por partes mas de media legua. En Sevilla quedo la Catedral sin poderse celebrar en ella los oficios Divinos, y lo mismo en otros muchos templos, y la Giralda condenada; y fueron cinco las personas que perecieron. En Madrid fueron solas dos; y en Granada algunas heridas. De Marruecos, Mequinez, y gran parte de la África, refieren relaciones impresas mayores ruinas que las de Portugal; pero ponderan mucho, y mienten mas, pues una de ellas impresa en Cadiz de lo acontecido en esta Ciudad y su Obispado, trae mil mentiras averiguadas de Bujalance, Cañete, Luque y Belacazar; con que no se les puede dar el crédito, que á todo lo que aqui llevo escrito, que es la pura verdad, mandada escribir por los Sres. de este Cabildo de Universidad para memoria y noticia futura; y para que conste lo firmo en dicha Ciudad de Córdoba á diez y seis de Diciembre de mil setecientos cincuenta y cinco años.- Gabriel Vicente Jurado, Secretario.” (sic)

Blibliografía:
Wikipedia
Actas, Puerta de osario
Paseos por Córdoba.

2 comentarios :

harazem dijo...

Estos días, como sabes, he estado en Marruecos y en la capital, Rabat, frente a unas impresionantes ruinas, he recordado que nunca nadie se acuerda de ellas cuando habla del Terremoto de 1755. Efectivamente, el terremoto afectó gravemente a todas las ciudades atlánticas marroquíes, y en menos medida a las del interior, incluída la lejana Marrakech y por supuesto Fez y Mequínez. Pero el mayor desastre ocurrió en Rabat donde la mayor mezquita de Occidente, construida por los almohades en el siglo XII se desplomó por completo. Afortunadamente el impresionante alminar, hermano de la Giralda, ni se inmutó, tan sólidamente construido estaba. Hoy, los muñones de las cerca de 500 columnas que la sustentaban forman un inquietante bosque que habla de la caducidad de las glorias humanas.

No me da tiempo a ponerme al día con tu blog, joío! Vaya ataque de prolificidad que te ha dado.

Paco Muñoz dijo...

Manuel es cierto lo que cuentas, fue horroroso. Al otro lado del Atlántico, a América llegó la ola del maremoto, y por el norte hasta Finlandia.

El norte de África de pena, sería lamentable en aquella época, pueblos enteros destrozados sin un gobierno que se preocupara de ellos y sin medios.

Siempre he visto el coro de la catedral enquistada en la MEZQUITA, con una raja desde arriba hasta abajo, en su muro norte o noroeste para ser más exacto, y el llamado arco de bendiciones de la Puerta de las Palmas desviado. Este si lo fotografié el otro día.

Otro gran terremoto, éste lo viví fue el de Agadir, en la costa atlántica de Marruecos en febrero de 1960, también le lió a las criaturas de Marruecos lo suyo.

Gracias.